Me parece escuchar las voces gritando esta frase: “Por eso es que no voy a ninguna Iglesia”. En ocasiones las escuchas con tono triste y en otras en forma de guerra… En alguna reunión donde tocan la palabra Iglesia, surge algo donde toda la atmósfera cambia, y como si oprimieran un botón todos comienzan a desahogarse de lo malo que lo pasaron en aquella iglesia". Es como prender un sistema de riego, donde todos comienzan a regar agua a la misma vez. Se escuchan historias muy tristes y otras suenan a una película de terror.
Pero escuche:
Las 4 paredes que lo rodean cuando visita un lugar no son la Iglesia. Usted lo es. Dios no tiene la culpa de lo que los ministros manipuladores y depredadores en su ignorancia o mala intención le hicieron. Sabemos que todos ellos han dejado un mal sabor en las vidas que no representa realmente lo que es el evangelio. La mayoría de nosotros nos enfrentamos a los miedos de volver a pasar por las mismas desilusiones al visitar un lugar.
Aquí va mi consejo; - Jesús no lo hirió, Él se entregó a si mismo por tí. Su relación con Dios no tiene que romperse. Dios no es primero, ni segundo ni tercero; el es TODO. No hay necesidad de que se aparte de su amor.
El compró tu alma... Y como la compró a precio de sangre, tampoco la puedes perder.